El sábado, al ir a clase, me he encontrado
con una mujer que se ha interesado por mis estudios. - ¿dónde vas?, me dice, - a clase -, le contesto, - ¡ah! ¿de maestro, no?, ¡eso está chupado...!,
¿no le han convalidado todo?-. He intentado explicarle que no, que no me han
convalidado y que no estaba siendo tan fácil, es más, que me estaba costando
mucho esfuerzo, pero no había modo de hacerme entender. Aquella mujer tenía dos
presupuestos inamovibles: yo soy cura, luego lo sé todo y magisterio está chupado...,
trabajitos y plastilina...
Al principio me he
ido bastante desolado, primero por no cumplir con las expectativas que tienen
de mi (saberlo todo y pasar por magisterio como si de un recreo se tratase) y,
en segundo lugar, por no encontrar en ella (y en otros tantos) personas
dispuestas a valorar la tarea de ser aprendiz de maestro. Al fin y al cabo eso es un trámite para luego ser maestro.
Luego he
condensado mis pensamientos en una sola idea, «deberíamos reivindicar la tarea
de aprender», se valora muy poco, incluso entre nosotros mismos, da la sensación
que cuanto menos dure, menos cueste, cuanto antes se acabe, mejor. Parece que lo importante es el resultado y el proceso algo que hay que sufrir, pasar como de puntillas, el aprender parece que es algo sin entidad.
Aprender es un
proceso, tiene sus etapas, sus dificultades, sus riesgos, sus alegrías, es todo un reto, que merece la pena ser vivido y sacar de él todo el jugo posible, hacer que sea todo una experiencia. Yo espero de la asignatura de psicología de la educación,
aprender a analizar esta experiencia, aprender a analizar mejor esta mi propia
experiencia de aprender, para mejorarla, comprenderla, profundizarla y, con todo eso, poder
luego ayudar mejor a los que pasen por esta tarea de aprender, mis futuros
alumnos.
Me propongo no decirles nunca que lo importante es el resultado, lo importante es el proceso de aprender, el vivirlo con conciencia, con deseo, con empeño, con voluntad. ¿De qué me sirve sacar un 10 si no he aprendido? ¿De qué sirve que algo sea fácil si no sirve para aprender? ¿por qué quejarme si algo cuesta si eso es parte del aprender?. Querer ser aprendiz es el proceso y, al mismo tiempo, es la meta.
Cuando comencé a estudiar magisterio, quería ser maestro, ahora quiero ser aprendiz de maestro, espero no cansarme nunca de serlo.
Sí señor! Señor! Cuando uno dice que es maestro parece que ha terminado, si eres aprendiz sigues formándote y creciendo. Así debe ser...
ResponderEliminarMerece la pena ser vivido.